Durante una semana, se proyectaron 9 películas que trataban de introducir al espectador en distintos aspectos de los problemas que acucian al hombre y a su sociedad, intentando, a su vez, que los espectadores pudieran tener acceso a diferentes formas del lenguaje cinematográfico. De esta forma los temas y argumentos fílmicos servian para la reflexión del espectador.
Con "Horton" (Jimmy Hayward y Steve Martino, 2008), dirigida al público infantil, se planteaba la necesidad del respeto a los otros, a la disposicion a la escucha de los más insignificantes.
"Tres colores: Azul" (Kryzstof Kieslowski, 1993), se adentraba en el drama humano de la pérdida de los seres queridos, y de cómo las vidas desehechas se rehacen, a pesar de los obstáculos.
El drama de la historia de un mundo en transformación, agitado por la guerra y la lucha por el poder, donde es muy dificil mantener las convicciones y creencias personales se reflejó en el clásico "María Estuardo" (John Ford, 1936)
Uno de los problemas más acuciantes de las sociedades actuales es la enfermedad y la muerte, donde surgen numerosas preguntas acerca del sentido de la vida, que aquí vienen de la mano de un adolescente en la película "Vivir para siempre" (Gustavo Ron, 2010), un film con mucha vida.
En "La vida es bella" (Roberto Benigni, 1997) se muestra como en la situación más desesperada, cuando todo parece insalvable, la vida triunfa.
El cine infantil volvió a estar presente con "El valiente Desperaux" (Sam Fell y Rob Stevenhagen, 2008) exaltando los valores de la amistad, el valor y la confianza en los demás.
Un acontecimiento histórico que suele pasar desapercibido es el significado de la reforma luterana ocurrida en el siglo XVI, para una reflexión sobre la misma se proyectó "Lutero" (Erle Till, 2005)
No podía faltar una referencia a las apariciones marianas, en honor a la patrona de Zújar, Ntra. Sra. de la Cabeza, con dos películas que son ya un referente clásico, en las que se abordaba las aparciones de Fátima, con "La señora de Fátima" (Rafael Gil, 1951), y de Lourdes, con "Bernadette" (Jean Delannoy, 1987)
Como curiosidad, la Semana de Cine Espiritual fue seguida por 134 personas, lo que supone una media de 15 espectadores de asistencia. Aunque esta cifra pudiera parecer escasa, dadas las dificultades (tanto técnicas como de difusión), el probable poco acierto de las fechas (pues en durante estos días Zújar está pendiente de la cosecha de almendras, la elaboración del vino del páis y la preparación para la temporada de la aceituna) y, a decir de algunos, la falta de costumbre de asistir a sesiones cinematográficas de ciclos, cine club, y formatos diferentes al cine comercial, los organizadores están satisfechos con el resultado.
Esperemos que esta experiencia pueda volver a repetirse.
